¿No sabes qué hacer con tus trufas?

Aquí tienes unos ejemplos para sacar el mejor partido de ellas. Nos lo agradecerás!

Aceite trufado

Ingredientes:

  • 250 ml de aceite de oliva (no tiene por qué ser virgen extra ya que el auténtico sabor se lo dará la trufa)

  • 20 g de trufa negra fresca

Instrucciones:

  1. Limpia bien la trufa negra con un cepillo suave y un poco de agua para eliminar cualquier residuo de tierra.

  2. Ralla la trufa negra o córtala en láminas finas.

  3. Coloca el aceite de oliva en una botella de cristal esterilizada.

  4. Introduce la trufa rallada o laminada dentro del aceite.

  5. Deja reposar en la nevera durante unos días para que el aceite se impregne del aroma y sabor de la trufa.

  6. Agita la botella ocasionalmente. Al cabo de una semana, el aceite estará listo para usar.

Consejo: Guarda el aceite trufado en el refrigerador y consúmelo dentro de no más de 2 meses para mantener su frescura y sabor.

Mantequilla trufada

Ingredientes:

  • 250 g de mantequilla sin sal (de buena calidad)

  • 15-20 g de trufa negra fresca

Instrucciones:

  1. Deja la mantequilla a temperatura ambiente hasta que esté blanda.

  2. Limpia la trufa con un cepillo suave y sécala bien.

  3. Ralla la trufa negra fresca.

  4. Mezcla la trufa rallada con la mantequilla hasta que esté bien incorporada.

  5. Empaqueta la mantequilla en papel film o papel encerado y envuélvela bien.

  6. Refrigera durante al menos 48 horas para que la mantequilla absorba bien el sabor de la trufa.

  7. Corta en porciones antes de servir sobre pan, carne o pasta.

Consejo: La mantequilla trufada se puede congelar para prolongar su duración, y puedes usar pequeñas porciones cuando la necesites.

Queso trufado

Ingredientes:

  • 1 queso blando o semiblando (recomendado: brie, camembert, o queso de cabra)

  • 10-15 g de trufa negra fresca

Instrucciones:

  1. Limpia y seca bien la trufa negra.

  2. Lamina la trufa lo más finamente posible.

  3. Si usas un queso blando (como brie o camembert), haz pequeños cortes en la superficie del queso e inserta láminas de trufa dentro. Si usas queso de cabra, puedes mezclar las trufas con el queso si está en forma de crema.

  4. Coloca el queso con las láminas de trufa en un recipiente hermético.

  5. Añade el resto de la trufa laminada dentro del recipiente junto al queso, pero sin mezclarlo directamente con él. Esto ayudará a impregnar aún más el queso con el aroma de la trufa.

  6. Cierra el recipiente herméticamente y guarda en la nevera durante 2-4 días.

  7. Después de este tiempo, el queso habrá absorbido el aroma y sabor de la trufa, y estará listo para servir.

Consejo: Asegúrate de que el recipiente esté bien sellado para que el queso se infusione correctamente con el aroma de la trufa. Consume el queso trufado dentro de la semana para disfrutarlo en su mejor punto.

Huevos trufados

Ingredientes:

  • 6 huevos grandes (crudos)

  • 20-30 g de trufa negra fresca

  • Un recipiente hermético (como un tupper o frasco con tapa)

Instrucciones:

  1. Limpia y seca bien la trufa negra.

  2. Coloca los huevos crudos en el recipiente hermético junto a la trufa.

  3. Cierra el recipiente herméticamente.

  4. Guarda el recipiente en el refrigerador al menos durante 2 días para que los huevos absorban el aroma y sabor de la trufa negra.

  5. Después del tiempo de reposo, retira los huevos del recipiente.

  6. Cocina los huevos fritos como te enseñó tu abuela.

Consejo: Puedes utilizar la trufa negra que ha estado en contacto con los huevos para dar sabor a otros ingredientes o platos.